
La falta de recursos policiales y una tipificación dudosa en el Código Penal complican la persecución de un delito invisibilizado.[…]
Las relaciones sexuales han dejado de ser analógicas. Hoy en día, prácticas como el sexting se han vuelto frecuentes en todas las franjas de edad. Según un estudio internacional elaborado en 2018, uno de cada cuatro adolescentes ha recibido al menos una imagen explícita en su teléfono móvil.
Una regla básica del funcionamiento de Internet dicta que cualquier cosa subida a la red no desaparece jamás. Oleguer Rocafull, director de operaciones de Onbranding, recuerda que es «imposible» eliminar de forma definitiva una imagen o vídeo si se ha descargado en un ordenador. «Se puede realizar una monitorización activa mediante imágenes indexadas, aunque esta estrategia tiene un coste bastante elevado. Al final, cuando publicas algo, pierdes el control», comenta.
Esta consultora especializada en la protección de la identidad digital recibió cinco casos de pornovenganza durante el año pasado. El objetivo suelen ser mujeres, y los filtradores, sus exparejas sentimentales. «Nunca he encontrado un ciberdelincuente que haya tenido acceso a este material. Se trata de exnovios o ex esposos que se sienten despechados. Las víctimas llegan a nosotros avergonzadas y realizamos una denuncia donde se manifiesta la persona que podría tener acceso a los contenidos», explica.
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