La revista Forbes publicó el pasado 1 de octubre su lista de los 100 mejores influencers del 2020. Estos personajes (desde hace tiempo, públicos) operan en distintos escenarios: moda, negocios, lifestyle, tecnología… en plataformas como Instagram, Youtube, o Twitter.
Los influencers no serían tal sin una elevada cantidad de seguidores (cientos de miles, millones en algunos casos). Este es uno de sus indicadores de éxito, y a través del cual pueden obtener un retorno económico real de las empresas que los contratan.
Pero, ¿cuál es la «cara B» de la moneda?
Si analizamos esta lista de Influencers que incluye la prestigiosa publicación, reconocemos nombres que en algún momento han sido noticia en los medios, no por su trabajo, sino porque han resultado ser víctimas de delitos o ciberdelitos en algún momento de sus carreras profesionales.
Un ejemplo reciente ha sido el caso de Rocío Osorno, víctima en varias ocasiones de situaciones de acoso en su vida privada, que se ha tenido que enfrentar como ella misma contaba en sus Stories de Instagram, a una situación de suplantación de identidad. Una cuenta falsa que simulaba ser gestionada por ella en realidad buscaba estafar a sus seguidores y acceder a sus datos bancarios. De hecho, algunos de sus seguidores llegó a picar en la estafa. Se unió a Rocío para emitir una denuncia conjunta e intentar evitar más víctimas y un posible daño a su reputación.
Y es que los riesgos a los que se enfrentan los personajes públicos son muchos, a continuación enumeramos los más significativos:
- Suplantación de identidad.
- Extorsión económica.
- Ciberacoso.
- Ciberacoso sexual.
- Acoso en el entorno personal.
- Ciberestafas.
- Hackeos de cuentas.
- Acceso ilícito a contenidos en la nube o en los dispositivos (por ejemplo, fotografías íntimas).
- Campañas que afectan a la reputación.
- Secuestro de dispositivos o cuentas.
La mayoría de los influencers con cierto prestigio o recorrido como «empresa» invierten parte de sus beneficios en gestores y creadores de contenido, agencias de representantes, gestión de contratos con las marcas, entre otros muchos servicios, pero no incluyen dentro de sus prioridades su propia ciberprotección y estrategia de minimización de riesgos.
¿Qué implica ser víctima de ciberdelincuentes cuando todo depende de tu Marca Personal?
Para un Influencer su Marca Personal y su reputación lo es todo. Si ésta se dañase o si se rodeara de ciertas polémicas su negocio y su futuro podrían verse muy afectados.
Mientras que todavía muchos infravaloran la capacidad de los Influencers para generar negocio e impactar realmente en su audiencia, es un trabajo que implica la construcción de una identidad fuerte, una comunidad que realmente crea en el «producto», y sobretodo, una dedicación diaria y constante: sin desconexión.
La popularidad de estos personajes hace que en ocasiones ciertos detractores o ciberdelincuentes decidan escogerlos como sus próximas víctimas orquestando un ataque dirigido a través de sus dispositivos móviles, cuentas personales/profesionales, o, incluso, a través de incidentes en su vida «offline»:
- Secuestro de dispositivos.
- Secuestro del perfil en redes sociales.
- Acceso a información bancaria.
- Robo económico o exigencias de pago «a cambio» de devolver la normalidad.
- Acceso a imágenes íntimas.
- Acceso a datos de contacto: dirección postal, número de teléfono personal, datos de la pareja o de los hijos etc.
- Estafa o hackeo a seguidores o fans.
- Phishing o Ransomware a través de enlaces o archivos recibidos en el correo electrónico o por SMS.
Algunas de las consecuencias más importantes que pueden suponer estos ataques dirigidos a un Influencer pueden ser:
- Pérdida de credibilidad entre la audiencia.
- Problemas en sus relaciones personales y laborales.
- Pérdidas económicas:
- Por la entrega del dinero a los ciberdelincuentes.
- Por la retirada de las marcas y patrocinadores.
- Por pérdida de negocio.
- Si sufren un ataque orientado a sus credenciales bancarias o tarjetas de crédito.
- A partir de la inversión para solucionar las crisis generadas.
En muchas ocasiones la extorsión económica procede de usuarios ubicado en terceros países con una legislación difícil de compatibilizar con el castigo del delito. En onBRANDING tenemos constancia de que estos delitos ayudan a financiar organizaciones criminales, como grupos terroristas.
La protección y la prevención como elementos para el éxito.
Observando los riesgos y las amenazas a las que un personaje público se enfrenta no parece tan descabellado que parte de su inversión en servicios se oriente a su propia ciberprotección y ciberseguridad, ya que una pequeña brecha en su comportamiento como usuario, como Influencer, o en sus propios dispositivos puede suponer un problema reputacional y económico difícil de gestionar, y con gran calado entre la audiencia y los medios de comunicación.
Tres elementos sencillos son clave en la prevención:
- Utilizar una sola contraseña por cada plataforma.
- Utilizar una cuenta de correo electrónico diferente para utilizar en redes sociales, que no coincida con ninguna empleada en el ámbito laboral, bancario etc.
- Vincular el teléfono móvil a la red social y activar el doble factor de verificación.
La prevención es la clave, y en onBranding somos expertos en estrategias e implementación de sistemas de ciberprotección, así como servicios de monitorización, gestión de la reputación, y prevención y gestión de crisis.